A cuatro aƱos de la revuelta social, mĆ”s allĆ” de las simplificaciones, conversar sobre las causas y mirar sus impactos sociales y polĆticos es un ejercicio que permite situar, sin atajos, las tareas del presente. Es asĆ que nos preguntamos por la vigencia de las...
Los debates recientes estĆ”n copados de supuestos dilemas de clausura, en un binomio permanente entre elĀ sĆ y el no, del populismo o la democracia, de la racionalidad o el caos. Lo que parece al menos entendible en un contexto incierto y a su vez lleno de expectativas como lo es un proceso constituyente inĆ©dito. Incertidumbres por el escenario Covid-19 y sus impactosĀ sanitarios y socioeconĆ³micos, incertidumbres por una sociedad activa y con opiniĆ³n polĆtica, incertidumbres por procesos de reordenamientos polĆticos, incertidumbres por escenarios de posibles cambios. Expectativas sobre los horizontes posibles a poner sobre la mesa, defender el modelo a ultranza, actualizarlo, superarlo; expectativas sobre quĆ© Chile quieren las mayorĆas.
Con la escena abierta y en desarrollo, la tentaciĆ³n de recrear la situaciĆ³n histĆ³rica del plebiscito del 88 y con ello sus narrativas, es alta. Y es que dicho acontecimiento entregĆ³ un relato comprensible del escenario polĆtico que se prolongĆ³ durante mĆ”s de treinta aƱos, por lo que cabrĆa preguntarse: ĀæEstamos reciĆ©n ad portas de sellar la salida a la dictadura cĆvico-militar y con ello, las deudas abiertas de esa situaciĆ³n histĆ³rica por los Ćŗltimos treinta aƱos a travĆ©s de una nueva ConstituciĆ³n? Si bien puede haber varias respuestas a esa pregunta, y varios sectores podrĆan identificarse con las deudas, difĆcilmente con todas las transformaciones que ha tenido nuestra sociedad, ese escenario polĆtico que se achicĆ³ socialmente, al punto de tener que mirarlo con una lupa para entenderlo, pueda dar cuenta del Chile que conquistĆ³ una senda constituyente el octubre pasado. Sus tentaciones de jugar en ese mismo escenario probablemente les depare volver a sorprenderse del Chile real.
El peso del telĆ³n de un Chile republicano, que varios historiadores bien seƱalan como proyecto inconcluso o truncado, despierta las ansiedades por aferrarse a lo conocido y seguro, ese supuesto guion en que los grandes problemas de Chile se resolvĆan con diĆ”logo y buenos acuerdos, pero que ante la crisis de control social en desarrollo que arrastra el sistema institucional, deja en clara evidencia que no eran los grandes acuerdos del paĆs, por que laĀ ciudadanĆa no estaba. Se terminĆ³ de agotar la ensoƱaciĆ³n de que la democracia podĆa ser un voto cada cierto tiempo.
Toda la fuerza social que se ha moviliza (en la revuelta de octubre, por el 10%, por la violencia de gĆ©nero, por el Wallmapu) claramente encarna una democracia activa que entra en tensiĆ³n con la de la ensoƱaciĆ³n y por tanto, estamos en la escritura de una obra totalmente diferente, hay que abrir el telĆ³n, hay nuevos actorĆas; el plebiscito de octubre se trata de otra obra. No de si eres moderno y neoliberal o arcaico y latinoamericano (como dijese un columnista hace algunos dĆas y que ademĆ”s, no vive en Chile).
Si nos situamos en una nueva obra, alĆas ciclo polĆtico abierto, se abre una conversaciĆ³n mĆ”s fructĆfera y en la que pueden aparecer los debates sobre horizontes, dondeĀ el peso real de los sectores e intereses pase de la teatralidad a la realidad y la apelaciĆ³n al populismo, de la polarizaciĆ³n del debate elitario o de la desestabilizaciĆ³n de tipo fascista, sea eso, un intento despolitizante de los dilemas que realmente hay sobre la mesa. Que nos encierra en una negaciĆ³n sistemĆ”tica de la politicidad de la violencia de gĆ©nero oĀ de la politicidad del conflicto mapuche, por situar algunos dilemas urgentes.
No se le piden peras al olmo, no es de la derecha de la que esperaremos ponerse en un libreto donde de lo que sĆ se tratarĆ” el plebiscito es de sĆ habrĆ” o no soberanĆa de la sociedad, soberanĆa del pueblo para escribir las letras que ya se estĆ”n actuando en este otro Chile. Las fuerzas de cambio tenemos un papel ineludible, no lleguemos tarde al estreno.
Camila Miranda, directora ejecutiva de FundaciĆ³n Nodo XXI
Autor(es)
La FundaciĆ³n NodoXXI es una organizaciĆ³n sin fines de lucro cuyo Ć”nimo es contribuir con elaboraciĆ³n de pensamiento y herramientas prĆ”cticas a revertir la crisis de incidencia de las mayorĆas en la definiciĆ³n de los destinos de nuestro paĆs.
El trabajo de Nodo XXI se estructura en torno a la promociĆ³n de diĆ”logos, debates y acciĆ³n, la formaciĆ³n de dirigentes y la elaboraciĆ³n de estudios, propuestas y opiniĆ³n. Esto, con la perspectiva de pensar un proyecto alternativo al neoliberalismo que permita hacer de Chile un paĆs inclusivo, justo y democrĆ”tico.