A cuatro aƱos de la revuelta social, mĆ”s allĆ” de las simplificaciones, conversar sobre las causas y mirar sus impactos sociales y polĆticos es un ejercicio que permite situar, sin atajos, las tareas del presente. Es asĆ que nos preguntamos por la vigencia de las...
El proceso Constituyente en tanto proceso democrĆ”tico y de deliberaciĆ³n colectiva, nos parece de la mayor significaciĆ³n y tenemos un balance muy positivo. No debemos olvidar que este espacio de construcciĆ³n fue una salida democrĆ”tica e institucional a la crisis polĆtica y social mĆ”s honda de las Ćŗltimas tres dĆ©cadas y debemos valorar el que de esa crisis hayamos salido con mĆ”s democracia. Ese es un primer punto. Junto con esto, nos parece necesario relevar la significativa participaciĆ³n ciudadana aĀ lo largo de todo el proceso: cientos de organizaciones solicitaron audiencias y cerca de un millĆ³n de personas participĆ³ en el proceso de presentaciĆ³n de iniciativas populares de normas. Eso nos parece un ejercicio democrĆ”tico sustantivo y amplio.
Sobre la propuesta de nueva ConstituciĆ³n que resultĆ³ del trabajo de la ConvenciĆ³n tenemos tambiĆ©n una evaluaciĆ³n muy positiva. Nos parece que el texto contiene una propuesta de sociedad justa e igualitaria, moderna y a la altura de los desafĆos contemporĆ”neos y que busca hacer de Chile un paĆs digno, estable e integrado socialmente. En tĆ©rminos de contenidos, de muchos puntos que nos parecen fundamentales, destacamos cuatro.
En primer lugar, nos parece central la definiciĆ³n de Chile como un Estado social y democrĆ”tico de derecho, plurinacional, intercultural, regional y ecolĆ³gico. Cada una de estas palabras encierra dimensiones esenciales de nuestra vida colectiva, de lo que consideramos deseable para vivir en sociedad y de lo que queremos construir hacia el futuro. Destacamos la idea de Estado social pues nos parece el corazĆ³n de la propuesta y el elemento que marca la principal diferencia con el carĆ”cter subsidiario del Estado actual. Como FundaciĆ³n hemos puesto en el centro de nuestra producciĆ³n polĆtico-intelectual la crĆtica del Estado subsidiario en tanto forma de producciĆ³n de desigualdad, de mercantilizaciĆ³n de derechos sociales y de acumulaciĆ³n privada con recursos pĆŗblicos. Por eso, la definiciĆ³n de Chile como un estado social y democrĆ”tico de derecho nos parece un giro sustantivo y correcto. Nos darĆ” la posibilidad de construir herramientas para crear igualdad sustantiva, dignidad, libertad, autonomĆa y para el pleno goce de los derechos que la ConstituciĆ³n consagra y que son tan sentidos por las mayorĆas del paĆs: salud, educaciĆ³n, pensiones, vivienda.
En segundo lugar, la ampliaciĆ³n democrĆ”tica que esta propuesta supone mediante mecanismos que en Chile no han existido, como las iniciativas populares de ley y de derogaciĆ³n de ley, nos parece un avance sustantivo para el objetivo de construir una democracia mĆ”s robusta y compleja, que no se reduzca a acudir a las urnas cada cuatro aƱos, sino que contenga mecanismos de mayor incidencia democrĆ”tica de la ciudadanĆa. Creemos que este tipo de instrumentos permitirĆ”n ensanchar la expresiĆ³n de intereses sociales en la polĆtica, promoverĆ”n una ciudadanĆa mĆ”s activa y dispuesta a participar polĆticamente, y a mediano y largo plazo permitirĆ”n recomponer el vĆnculo entre sociedad y polĆtica, tan debilitado en las Ćŗltimas dĆ©cadas.
En tercer lugar, nos parece que los avances en derechos para mujeres y disidencias sexogenƩricas (que son avances para la sociedad en su conjunto), como los derechos sexuales y reproductivos y la democracia paritaria, son avances civilizatorios, que ayudarƔn a cambiar, a mediano y largo plazo, las estructuras de desigualdad de gƩnero en tƩrminos de poder y libertades.
En cuarto lugar, valoramos positivamente e el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios y la declaraciĆ³n de Chile como un Estado plurinacional. Esto, ademĆ”s de ser un acto de justicia, crea las herramientas para materializar procesos de reparaciĆ³n histĆ³rica en clave democrĆ”tica que permitan, por ejemplo, superar el largo conflicto del Estado chileno con el pueblo mapuche.
Respecto a temas por definir y que deberĆ”n afinarse mediante leyes de implementaciĆ³n, seƱalamos uno que, para los temas que como FundaciĆ³n buscamos impulsar, nos parece central. Es la participaciĆ³n en el sistema polĆtico y electoral de organizaciones sociales no conformadas como partidos. No se puede eludir la crisis de representaciĆ³n que atravesamos ni la deslegitimaciĆ³n de los partidos polĆticos. Tampoco se puede evadir el peligro de extrema fragmentaciĆ³n del sistema polĆtico que podrĆa producirse si no se afina bien la incorporaciĆ³n de nuevos actores. Nos parece central reconocer que el ingreso a la polĆtica institucional de organizaciones y movimientos que han sido motores de este ciclo polĆtico, como el movimiento feminista, los movimientos socioambientales y los pueblos indĆgenas, le ha hecho bien a la democracia, permitiendo la representaciĆ³n de intereses sociales en la polĆtica que habĆan sido excluidos por dĆ©cadas. La robustez en tĆ©rminos de Estado Social y de Derechos que tiene la propuesta de nueva ConstituciĆ³n estĆ” muy ligada a las y los representantes que provenĆan de estos movimientos. Los mecanismos para su incorporaciĆ³n al sistema polĆtico son un tema que quedĆ³ por definir en el debate democrĆ”tico y creemos que deben considerarse fĆ³rmulas flexibles que permitan ampliar la democracia y recomponer el vĆnculo entre polĆtica y sociedad.
Autor(es)
La FundaciĆ³n NodoXXI es una organizaciĆ³n sin fines de lucro cuyo Ć”nimo es contribuir con elaboraciĆ³n de pensamiento y herramientas prĆ”cticas a revertir la crisis de incidencia de las mayorĆas en la definiciĆ³n de los destinos de nuestro paĆs.
El trabajo de Nodo XXI se estructura en torno a la promociĆ³n de diĆ”logos, debates y acciĆ³n, la formaciĆ³n de dirigentes y la elaboraciĆ³n de estudios, propuestas y opiniĆ³n. Esto, con la perspectiva de pensar un proyecto alternativo al neoliberalismo que permita hacer de Chile un paĆs inclusivo, justo y democrĆ”tico.