La crisis de los cuidados y el silencio del gobierno
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Esta crisis devela lo que se denomina en tĆ©rminos feministas, la crisis de los cuidados; una vez que se paralizan nacional y mundialmente todos los servicios pĆŗblicos, educacionales, de salud y donde las familias tienen que estar confinadas en sus hogares, hay que seguir cuidando de la vida y de la infancia, seguir alimentando, criando y la mayorĆ­a de esas tareas se cargan en los hombros de las mujeres.

En primer lugar, ha quedado en evidencia, un conflicto bastante grande en el caso de progenitores separados con hijos e hijas en comĆŗn. En este contexto, en su mayorĆ­a las cuidadoras principales son mujeres madres, quienes quieren cumplir con todas las normas de aislamiento y garantizar que ninguno de sus hijos o hijas queden expuestos al contagio. En este sentido, el cumplimiento ordinario de las visitas con el progenitor se torna un factor de riesgo. Sin embargo, la misma incertidumbre no da claridades de cuĆ”nto va a durar esta crisis, lo que genera el problema de que en este periodo de tiempo, se puede ver daƱada la relaciĆ³n con el otro progenitor -que no es el cuidador o cuidadora principal- de estar prolongadamente sin poder ver a sus hijos e hijas en comĆŗn y quien ademĆ”s tiene la obligaciĆ³n de actuar corresponsablemente en toda circunstancia. AsĆ­ las cosas, lo principal que tiene que gestarse es, por un lado, el esfuerzo por el cumplimiento de la relaciĆ³n directa y regular, tomando ambos progenitores los resguardos correspondientes segĆŗn los principios de coparentalidad y por otro, el discernimiento suficiente para distinguir aquellos casos en que la suspensiĆ³n del rĆ©gimen sea la Ćŗnica forma de resguardo, procurando la permanencia del contacto cotidiano por los medios tecnolĆ³gicos que resulte posible.

En segundo lugar, hay cosas importantes que deben enfatizarse; histĆ³ricamente las mujeres en Chile y en el mundo, cuando se insertaron al trabajo remunerado, lo hicieron a trabajo precario por la divisiĆ³n sexual del trabajo en el mercado laboral. La mayorĆ­a de las mujeres por los cuidados que tiene a su cargo, puede trabajar en lo que se conoce como media jornada, sin mayores garantĆ­as de derechos, ni seguridad social. O, en otros casos, entran derechamente al trabajo informal, sin ningĆŗn tipo de seguridad y estabilidad; trayendo como consecuencia que en situaciones de crisis como la que estamos viviendo pierden toda fuente y posibilidad de generar recursos.

Entonces las mujeres en su gran mayorĆ­a, ademĆ”s de ser las cuidadoras principales, no estĆ”n generando ningĆŗn tipo de recursos o lo estĆ”n haciendo en mucho menor medida, lo que conlleva agobio y una crisis de sostenibilidad econĆ³mica muy brutal en el hogar.Ā El llamado es a no volver a invisibilizar la violencia de gĆ©nero ampliando la mirada a la violencia econĆ³mica, que es estructural y ademĆ”s se expresa en una desigualdad entre los progenitores. La coparentalidad no solamente se debe exigir para las visitas con los niƱos, niƱas y adolescentes, sino que, tambiĆ©n, para que ambas partes cumplan irrestrictamente con sus deberes en la sostenibilidad de la vida, en particular, por parte del progenitor que no es cuidador principal, cumpliendo con la pensiĆ³n de alimentos; porque en un modelo econĆ³mico de privatizaciĆ³n y feminizaciĆ³n de los cuidados, de los derechos sociales y la seguridad pĆŗblica, los periodos de crisis, aumentan la explotaciĆ³n y el empobrecimiento de las mujeres, que no van a tener cĆ³mo sostener a los hijos e hijas que en comĆŗn. Es importante no solo fijarnos en cĆ³mo se cumplen las visitas sino que en cĆ³mo se puede sostener cooperativamente la vida. Si tenemos un progenitor con mejores condiciones laborales, salariales y de estabilidad, incluso se puede instar a llegar a acuerdos transitorios de un aumento en la pensiĆ³n de alimentos para resistir la crisis, en beneficio de los hijos e hijas en comĆŗn y reconociendo con ello el trabajo invisible de la madre que los cuida diariamente y sin descanso. Eso camina a una igualdad material entre las personas. Una forma solidaria y corresponsable de entender nuestras relaciones de familia.

Por Ćŗltimo, entender la fenomenologĆ­a de la violencia de gĆ©nero conlleva entender la desigualdad econĆ³mica que tienen las mujeres en un sistema neoliberal como el nuestro, donde todo es mercado y negocio, hasta nuestra dignidad humana, donde el trabajo remunerado femenino en general es un trabajo precario y donde el trabajo de cuidados en las casas no es reconocido mi menos valorado. Por consiguiente, hay muchas mujeres cuidadoras principales de niƱos, niƱas y adolescentes que estĆ”n cruzadas por relaciones de violencia de gĆ©nero por parte de su agresor/progenitor de sus hijos que en muchos casos no paga la pensiĆ³n de alimentos pero si tiene derecho a visitas, quien con ello sigue ejerciendo violencia al no cumplir con su obligaciĆ³n econĆ³mica de manutenciĆ³n. Por lo tanto es urgente que exista responsabilidad del Gobierno, acciĆ³n por parte del Ministerio de la Mujer y Equidad de gĆ©nero, con esa vidas feminizadas y la infancia que permita sostener la vida y los cuidados durante la crisis, por ejemplo mediante una pensiĆ³n de alimentos garantizada por el Estado; o en caso contrario el Gobierno por omisiĆ³n o por acciĆ³n, darĆ” la seƱal de que el Estado no sacrifica su carĆ”cter patriarcal, y que prefiere sacrificar masivamente todas esas vidas de mujeres, niƱos, niƱas y adolescentes en la crisis, las cuales no van a tener subsistencia diaria.

Por Daniela LĆ³pez y Francisca MillĆ”n. AML Defensa de Mujeres.

https://www.elperiodista.cl/la-crisis-de-los-cuidados-y-el-silencio-del-gobierno/


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Autor(es)

La FundaciĆ³n NodoXXI es una organizaciĆ³n sin fines de lucro cuyo Ć”nimo es contribuir con elaboraciĆ³n de pensamiento y herramientas prĆ”cticas a revertir la crisis de incidencia de las mayorĆ­as en la definiciĆ³n de los destinos de nuestro paĆ­s.

El trabajo de Nodo XXI se estructura en torno a la promociĆ³n de diĆ”logos, debates y acciĆ³n, la formaciĆ³n de dirigentes y la elaboraciĆ³n de estudios, propuestas y opiniĆ³n. Esto, con la perspectiva de pensar un proyecto alternativo al neoliberalismo que permita hacer de Chile un paĆ­s inclusivo, justo y democrĆ”tico.