A cuatro aƱos de la revuelta social, mĆ”s allĆ” de las simplificaciones, conversar sobre las causas y mirar sus impactos sociales y polĆticos es un ejercicio que permite situar, sin atajos, las tareas del presente. Es asĆ que nos preguntamos por la vigencia de las...
Vlado Mirosevic, Diputado del Partido Liberal de Chile por la regiĆ³n de Arica y Parinacota. Cientista polĆtico y MagĆster en Periodismo digital por la Universidad Mayor.
Patricio Morales, Fundador del Partido Liberal de Chile. Cientista polĆtico y MagĆster en PolĆticas PĆŗblicas del Departamento de EconomĆa de la Universidad de Chile.
Resumen
El presente texto busca instalar histĆ³ricamente la diferencia entre liberalismo y neoliberalismo. Se analiza la transiciĆ³n a la democracia como un proceso necesario para acabar con la dictadura cĆvico militar de Pinochet, pero a su vez se presenta una crĆtica polĆtica de cĆ³mo se abordĆ³ la transformaciĆ³n de la herencia neoliberal. Se establece que la desconexiĆ³n entre polĆtica y sociedad es la principal consecuencia de los ādesbordesā de la transiciĆ³n, y que sin la superaciĆ³n de esa brecha serĆ” difĆcil repensar el sistema polĆtico chileno. Finalmente, se busca proyectar una nueva forma de acciĆ³n polĆtica desde el Frente Amplio, que sea capaz de abordar de manera efectiva el malestar social.
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Antes de reflexionar sobre la transiciĆ³n a la democracia en Chile y su relevancia en el presente, nos parece necesario hacer una breve descripciĆ³n del espacio desde el cual miramos este proceso: el Partido Liberal. Este movimiento, que logrĆ³ ser partido polĆtico el aƱo 2013, parte del reconocimiento de que no existe un liberalismo y mĆ”s bien estamos frente a un conjunto de liberalismos, es decir, distintas versiones de un tronco comĆŗn, pero que en sus derivaciones abriga diferencias evidentes1. El tipo de liberalismo que se hace referencia es un liberalismo igualitario, tambiĆ©n llamado socio-liberalismo o liberalismo progresista. Una tradiciĆ³n histĆ³rica que parte con John Locke, quizĆ”s padre del liberalismo moderno, o incluso con humanistas como Lucrecio, Erasmo de Rotterdam o Giordano Bruno, quienes develaron diversos dogmas sobre los que se tejiĆ³ el proceso histĆ³rico en el que se sitĆŗa el concepto moderno de liberalismo segĆŗn se conoce hoy. Posteriormente toman relevancia otros referentes, entre los cuales destaca la obra de John Stuart Mill, con su famoso manifiesto Sobre la libertad, que dibuja ese espacio de soberanĆa personal donde ni el Estado moderno, las iglesias o la sociedad pueden interferir, tanto a nivel polĆtico como a nivel econĆ³mico2. En la actualidad encontramos referentes de este tipo de liberalismo en el pensamiento de John Rawls, Ronald Dworkin, Norberto Bobbio, entre otros. A nivel chileno no se puede dejar de mencionar a AgustĆn Squella3.
Avanzando hacia una definiciĆ³n mĆ”s aterrizada del liberalismo al que se hace alusiĆ³n, se trata de un liberalismo que combina libertad e igualdad sin sacrificar una en nombre de la otra. Ni sacrificar libertad en nombre de la igualdad, ni tampoco sacrificar igualdad en nombre de la libertad. Esa justa combinaciĆ³n, difĆcil de implementar, por cierto, es la definiciĆ³n mĆ”s clarificadora de lo que busca el Partido Liberal de Chile o cualquier actor que se presente en la actualidad como liberal igualitario.
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Neoliberalismo cĆvico-militar
En tĆ©rminos histĆ³ricos, previo a la transiciĆ³n democrĆ”tica, la dictadura cĆvico-militar trajo consigo una confusiĆ³n radical sobre el concepto liberal en Chile. El proyecto revolucionario liderado por los Chicago boys dinamitĆ³ deliberadamente una frontera conceptual del liberalismo, llevando principios liberales a un extremo radical, guiado por un fanatismo y una especie de laboratorio social que bien describiĆ³ Michel Foucault4. Chile se convirtiĆ³ en un paĆs pionero a nivel mundial en la implementaciĆ³n de un sistema neoliberal5. Reflexiones como las de Sergio de Castro, JoaquĆn LavĆn, JosĆ© PiƱera, Miguel Kast o Ernesto Fontaine, plasmaron en la dictadura de Pinochet lo consolidado por sus mentores internacionales: Arnold Harberger, Milton Friedman, Gary Becker, Theodore Schultz, entre otros. De ese modo, la Escuela de Chicago sirviĆ³ de guĆa para una de las transformaciones mĆ”s profundas de la historia de la sociedad chilena y fue en ese mismo trance que el liberalismo progresista, aquel que busca una sociedad āconā mercado, pero no una sociedad ādeā mercado, que fue lo implementado por la dictadura, quedĆ³ conceptualmente ponderado en el mismo espacio: ālos liberalesā. El nivel de radicalidad de los Chicago boys los llevĆ³ a implementar lĆ³gicas de mercado en todas las esferas sociales posibles: salud, educaciĆ³n, seguridad social, el mundo del trabajo, etc., cuestiĆ³n que, siendo teĆ³ricamente estrictos, resulta hasta contradictorio con el liberalismo6. Pero los Chicago boys se autodenominaron siempre como āliberalesā en el discurso pĆŗblico7. Es con este manto de confusiĆ³n conceptual, en un contexto de suma adversidad, que hoy se busca reconstruir un espacio liberal en Chile, y especĆficamente un proyecto polĆtico de proyecciĆ³n liberal-igualitaria.
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TransiciĆ³n necesaria: fin de la dictadura
Desde un punto de vista sociolĆ³gico, analizamos que la transiciĆ³n democrĆ”tica debiĆ³ hacer frente a una transformaciĆ³n de la sociedad chilena en tres niveles, aunque hasta hoy es difĆcil descifrar con claridad la profundidad de la fractura social. Un primer nivel de atenciĆ³n fue la institucionalidad polĆtica, donde la continuidad de la ConstituciĆ³n de 1980 fue el paraguas de diversos cuerpos legales enfocados en asegurar desequilibrios en el cĆ³mo se producĆan acuerdos y mayorĆas democrĆ”ticas8. Un segundo nivel, puso Ć©nfasis en la transformaciĆ³n de los pilares del sistema econĆ³mico, donde se profundizĆ³ la concentraciĆ³n y relevancia de las economĆas extractivas, se reconfigurĆ³ la legislaciĆ³n y el mapa de actores de la banca, y se concentrĆ³ el mercado de capitales con el sector financiero, principalmente por medio de un cuestionable proceso de privatizaciones. En un tercer nivel, como ya anticipĆ”bamos, se implantĆ³ una lĆ³gica de mercado en todas las esferas sociales posibles: educaciĆ³n, salud, previsiĆ³n y seguridad social.
En todas las dictaduras se pierden derechos. Sin embargo, la dictadura cĆvico-militar chilena trajo aparejada una revoluciĆ³n neoliberal que transformĆ³ profundamente el paĆs en tĆ©rminos de lo social, y su magnitud terminĆ³ por desbordar por completo el proceso de transiciĆ³n polĆtica a la democracia. La gestiĆ³n polĆtica del proceso, liderada por la ConcertaciĆ³n, optĆ³ por restablecer solo una democracia parcial, y a esto aparejar polĆticas sociales de focalizaciĆ³n del gasto como una forma de dotar al mercado de un factor mĆ”s āsolidarioā. Sin consolidar un interĆ©s real por modificar los cimientos del sistema implementado, ya sea porque no se relevaron las consecuencias negativas del sistema neoliberal o por un acuerdo deliberado entre las partes involucradas, el resultado final fue deficiente en los tres niveles de anĆ”lisis expuestos. Sin embargo, y pese a esas profundas deficiencias polĆticas, el fin de la dictadura es un proceso que hay que revisitar constantemente, ya que la democracia semi-soberana9 que se logrĆ³ fue un gran paso para recuperar derechos sociales y polĆticos, y junto a esto, proyectar un modelo de desarrollo capaz de mirar el futuro y no estancarse en el pasado.
Los gobiernos de la ConcertaciĆ³n tuvieron una gestiĆ³n polĆtica compleja, pero dentro de los marcos y lĆmites de la Ć©poca lograron avances considerables. El gobierno del presidente Patricio Aylwin fue un gobierno exitoso en asegurar que no existiese un retroceso en la consecuciĆ³n del āretorno a la democraciaā, sobre todo considerando que este consenso estuvo en peligro constante bajo el liderazgo activo del dictador Augusto Pinochet, prĆ”cticamente durante toda la dĆ©cada de los noventa. El gobierno del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle fue capaz de comprender y anticipar las virtudes econĆ³micas de la globalizaciĆ³n de los mercados, conduciendo una inserciĆ³n pionera de Chile en el contexto internacional. El gobierno de Ricardo Lagos, que significĆ³ el retorno de un socialista a la presidencia, permitiĆ³ cerrar un ciclo de maduraciĆ³n del sistema polĆtico chileno, el cual puso fin a un proceso de renovaciĆ³n de una izquierda marxista y dio paso firme a una cultura socialdemĆ³crata y social liberal del progresismo en Chile. Finalmente, con considerables avances constitucionales, la necesidad de repensar la seguridad social y abordar los derechos sociales a nivel polĆtico, llegĆ³ a la presidencia la primera mujer en la historia de Chile, Michelle Bachelet, quien en sus dos gobiernos debiĆ³ liderar un progresismo en crisis y redefiniciĆ³n.
Sin embargo, la relaciĆ³n entre polĆtica y sociedad se fue fracturando aƱo a aƱo. De forma paralela fue madurando un proceso de reconfiguraciĆ³n del sistema polĆtico, y el despertar ciudadano expresado en las protestas educacionales del aƱo 2006 dio paso a diversas movilizaciones ciudadanas que repusieron el desborde y contradicciones provocadas por la transformaciĆ³n neoliberal. Esos fueron los elementos que la transiciĆ³n democrĆ”tica no fue capaz hacer frente.
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Desbordes de la transiciĆ³n: demasiado polvo debajo de la alfombra
La transiciĆ³n democrĆ”tica, al pretender cerrar el proceso histĆ³rico de la dictadura, terminĆ³ ponderando exclusivamente lo formal e institucional, como fue la restricciĆ³n a la democracia. Pero subvalorĆ³ y desestimĆ³ que la transformaciĆ³n neoliberal terminarĆa por vaciar la polĆtica, dejando al progresismo carente de identidad y debilitando hasta niveles crĆticos la participaciĆ³n y legitimidad ciudadana. La desconexiĆ³n entre polĆtica y sociedad llegĆ³ a niveles crĆticos, dando paso, a su vez, a la paradoja de que la propia incapacidad de la transiciĆ³n a la democracia fue lo que terminĆ³ poniendo fin a la ConcertaciĆ³n. Incluso fue un elemento fundamental para que la Nueva MayorĆa no lograra proyectarse en el tiempo, tanto a nivel polĆtico como electoral.
Revisemos algunos de los puntos crĆticos que desbordaron el cĆ”lculo polĆtico de la transiciĆ³n:
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Las privatizaciones ejecutadas durante la dictadura, que no contaron con controles de legalidad o fiscalizaciĆ³n del Congreso Nacional, son hasta el dĆa de hoy cuestionadas de forma permanente por la ciudadanĆa y se han transformado en una deuda histĆ³rica frente a la probidad que se exige a un sistema democrĆ”tico.
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La polĆtica social de carĆ”cter subsidiario implementada por el fanatismo de los Chicago boys, impuso un rĆ©gimen de mercado sobre la educaciĆ³n, la salud, pensiones, etc. Con esto, ningĆŗn gobierno democrĆ”tico contĆ³ con un sistema institucional capaz de contrarrestar la segregaciĆ³n o la desigualdad. Si bien se extremĆ³ una polĆtica social de focalizaciĆ³n que permitiĆ³ superar exitosamente las altas tasas de pobreza, esto no constituyĆ³ un marco suficiente para la concepciĆ³n de polĆticas pĆŗblicas con la capacidad de asegurar movilidad social o llevar al paĆs hacia un desarrollo sostenible10. En este punto, la transiciĆ³n a la democracia terminĆ³ por desbordarse frente a conceptos que hoy estĆ”n en la palestra, como son los derechos sociales. Esto implicĆ³ un abandono de la promesa de asegurar un piso mĆnimo de igualdad desde donde cada chileno pueda desarrollar su propio proyecto de vida.
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Las consecuencias de la transformaciĆ³n del sector financiero y la recomposiciĆ³n de la banca implicĆ³ que instrumentos como crĆ©ditos bancarios, masificados desde el retail, comenzaran a canalizar la implementaciĆ³n del mercado sobre los derechos sociales. Hoy el fenĆ³meno del endeudamiento genera una frustraciĆ³n ciudadana y no se ve en la polĆtica un espacio de justicia frente a los abusos y desigualdades del sistema. Los crĆ©ditos de consumo, tarjetas de crĆ©dito y avances en efectivo, se vuelven la Ćŗnica vĆ”lvula de escape y puerta de acceso a educaciĆ³n, salud y vejez digna.
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Finalmente, durante el Ćŗltimo gobierno de Michelle Bachelet, Chile enfrentĆ³ uno de los desbordes angulares de la transiciĆ³n democrĆ”tica. La relaciĆ³n entre polĆtica y negocios develĆ³ una de las grandes razones de porquĆ© el sistema polĆtico ha dejado de responder a demandas ciudadanas. Los casos judiciales de Penta y Soquimich desencadenaron un quiebre transversal en la legitimidad de los partidos polĆticos. El financiamiento irregular de la polĆtica se posicionĆ³ como una carga imperdonable, llegĆ”ndose incluso a sostener que esta desregulaciĆ³n fue pactada por la misma transiciĆ³n democrĆ”tica.
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Frente Amplio como respuesta a la transiciĆ³n
Tal como mencionamos, las protestas educacionales de 2006 iniciaron un proceso de profundo malestar ciudadano. En los aƱos siguientes fuimos testigos de como a las demandas por gratuidad y calidad en la educaciĆ³n se sumaron movilizaciones contra el endeudamiento, los estĆ”ndares medioambientales, las bajas pensiones o el costo y calidad del sistema de salud. Los desbordes de la transiciĆ³n calaron hondo en la ciudadanĆa. El sistema polĆtico se vio rodeado por un descrĆ©dito transversal. Y es desde aquĆ que se organizĆ³ el Frente Amplio como una tercera vĆa al duopolio de Chile Vamos y la Nueva MayorĆa. Bajo los principios de democratizaciĆ³n, transparencia, derechos sociales y regionalizaciĆ³n, se construyĆ³ un abanico liberal progresista que reuniĆ³ a partidos polĆticos y movimientos de izquierda tradicional, socialdemĆ³cratas, humanistas, ecologistas, liberales y muchos independientes con sintonĆa hacia las demandas de malestar social.
En la actualidad el Frente Amplio se posiciona como un espacio polĆtico que busca construir un programa que supere los desbordes de la transiciĆ³n, y para eso se debe comprender y aprender de dicho proceso histĆ³rico. Los desafĆos de cualquier organizaciĆ³n polĆtica son potenciar una sintonĆa permanente con la ciudadanĆa, pero al mismo tiempo, ser capaz de procesar el malestar social. Esto implica comprender su origen, sus causas, la lĆ³gica que produce en la sociedad, para luego promover una acciĆ³n pĆŗblica de reforma especĆfica. El Frente Amplio se encuentra en una encrucijada histĆ³rica similar a la que se viviĆ³ en la transiciĆ³n democrĆ”tica. El desafĆo es procesar correctamente el vacĆo polĆtico y la pĆ©rdida de identidad que ha generado la transformaciĆ³n neoliberal, reconstruyendo y reconectando lo polĆtico con lo social. El riesgo es que la polĆtica transicional, llevada al presente, ha heredado un reflejo inmediato a sumarse a los movimientos sociales e independientes buscando la cooptaciĆ³n, la imitaciĆ³n y repeticiĆ³n de la polĆtica por causas, que es una forma de abordar la polĆtica como mera persecuciĆ³n de demandas sociales, siendo incapaz de acometer, con profundidad cultural, la generaciĆ³n de confianzas y la construcciĆ³n de mayorĆas democrĆ”ticas efectivas. Hoy el Frente Amplio debe buscar una prĆ”ctica polĆtica que salga del modelo del āmirarse a sĆ mismosā y llevar la polĆtica hacia el mirar hacia afuera, hacia un mundo mĆ”s amplio11.
El desafĆo liberal progresista es aportar con un anclaje sobre la conciencia del futuro de comunidad en su conjunto. Esto implica que el malestar social y la reivindicaciĆ³n se encauce en un proyecto viable de futuro, uno que amplĆe el contrato social en Chile. Para construir confianzas se debe partir de la base que asegurar derechos sociales es posible sin descuidar la economĆa ni el crecimiento econĆ³mico y, a su vez, instalar que es imposible alcanzar un progreso econĆ³mico duradero si no lleva de la mano una sociedad con mayor cohesiĆ³n y menos desigualdad. El crecimiento econĆ³mico se debe sostener en los derechos sociales como fin primordial, o el resultado serĆ” repetir una transiciĆ³n democrĆ”tica que no fue capaz de generar un equilibrio entre polĆtica y empresa como pilar de un nuevo pacto social en democracia. El paĆs que ofrezca el Frente Amplio debe dar las condiciones para la generaciĆ³n de riqueza, y que al mismo tiempo esta permita una redistribuciĆ³n que sostenga un sistema completo de derechos sociales. Este pacto social es negado tanto en la teorĆa como en la prĆ”ctica por el proyecto neoliberal de la dictadura. Pero este pacto social es lo mĆ”s parecido al camino que han transitado los paĆses desarrollados durante su historia, donde no hay aversiĆ³n a los derechos sociales, pero tampoco se subvalora la importancia de la economĆa abierta y de mercado sujeta a los marcos democrĆ”ticos.
Al (re)visitar el espĆritu inicial de la transiciĆ³n democrĆ”tica, y considerando los desbordes neoliberales que evidenciĆ³, se torna ineludible reflexionar en torno a la superaciĆ³n del vacĆo y la inercia polĆticas que hemos expuesto, teniendo siempre a la vista el quehacer polĆtico resultante. La polĆtica no solo puede ser un oficio tĆ”ctico, tambiĆ©n se debe dotar de un profundo contenido capaz de proyectar un futuro de confianzas y consensos en la sociedad.
1 Mirosevic, V. (2018). Libres e iguales: Conversaciones con AgustĆn Squella. Santiago: FCE.
2 Mirosevic, V. (2015). Liberales plebeyos: el relato de un pipiolo del siglo XXI. Santiago: RIL Editores.
3 Squella, A. (2012). ĀæEs usted liberal? Yo sĆ, peroā¦ Santiago: Lolita Editores.
4 Foucault, M. (2006). El nacimiento de la biopolĆtica. Santiago: Fondo de Cultura EconĆ³mica.
5 ValdĆ©s, J. G. (1989). La Escuela de Chicago: OperaciĆ³n Chile. Santiago: Grupo Editorial Zeta.
6 McCloskey, D. y Ziliak, S. (2008). The Cult of Statistical Significance: How the Standard Error Costs Us Jobs, Justice and Lives. Ann Arbor: University of Michigan Press.
7 Rosende, F. (2007). La Escuela de Chicago: una mirada histĆ³rica a 50 aƱos del convenio de Chicago/Universidad CatĆ³lica. Ensayos en honor a Arnold Harberger. Santiago: Ediciones UC.
8 Fuentes, C. (2012). El pacto: poder, constituciĆ³n y prĆ”cticas polĆticas en Chile (1990-2010). Santiago: Ediciones UDP.
9 Huneeus, C. (2014). La democracia semisoberana: Chile despuƩs de Pinochet. Santiago: Taurus.
10 Rojas Lasch, C. (2010). āGobernar la extrema pobreza: un anĆ”lisis del dispositivo de intervenciĆ³n Chile Solidario-Puenteā. En Lemm, V. (ed.). Michel Foucault: neoliberalismo y biopolĆtica. Santiago: Ediciones UDP, pp. 51-85.
11 Lilla, M. (2018). El regreso liberal. MĆ”s allĆ” de la polĆtica de la identidad. Madrid: Debate.
Autor(es)
La FundaciĆ³n NodoXXI es una organizaciĆ³n sin fines de lucro cuyo Ć”nimo es contribuir con elaboraciĆ³n de pensamiento y herramientas prĆ”cticas a revertir la crisis de incidencia de las mayorĆas en la definiciĆ³n de los destinos de nuestro paĆs.
El trabajo de Nodo XXI se estructura en torno a la promociĆ³n de diĆ”logos, debates y acciĆ³n, la formaciĆ³n de dirigentes y la elaboraciĆ³n de estudios, propuestas y opiniĆ³n. Esto, con la perspectiva de pensar un proyecto alternativo al neoliberalismo que permita hacer de Chile un paĆs inclusivo, justo y democrĆ”tico.