A menos de dos meses del plebiscito de salida, este sábado se desarrolló el primer encuentro entre Centros y Fundaciones de pensamiento social de la red «AprobemosxChile».

Ante una izquierda fragmentada, alianzas fallidas y nuevos reordenamientos del sector, el ex candidato presidencial Jorge Arrate, el candidato a constituyente Carlos Ruiz, la Diputada Maya Fernández y el Diputado Gabriel Boric, abordaron el tema de la unidad desde una revisión de los logros, dilemas y contradicciones del Partido Socialista Chileno del siglo XX.
El excandidato presidencial y el ideólogo del Frente Amplio sostienen que las claves están en «recoger el sentido enriquecedor que a veces tienen las diferencias» y que a la posibilidad de actuar en conjunto la preceda la discusión sobre «la dimensión de proyecto y no solamente un acuerdo de burocracias que están buscando sencillamente reproducirse de manera cerrada».
«Octubre chileno, la irrupción de un nuevo pueblo», el último libro del sociólogo Carlos Ruiz Encina, publicado por el sello Taurus, da cuenta de la emergencia de nuevos actores a partir del estallido social. El autor habla de un nuevo pueblo, surgido de los márgenes de la prosperidad económica y la institucionalidad que ha tenido nuestra historia reciente. Destaca el rol protagónico de los jóvenes y cómo desde octubre la visión respecto a ellos ha cambiado, pasando de la discriminación a ser valorados por su espíritu y visión de avanzada para lograr cambios al sistema.
El sociólogo asegura que “el grado en que aquí se mercantiliza la vida cotidiana no tiene par. Lo tienes que explicar en todas partes porque no lo entienden”.
Para Ruiz Encina, en Chile “un nuevo pueblo ha despertado y, colosal, heterogéneo, pluriclasista, plurinacional y multicolor, confluye desde las extremas condiciones de expoliación sembradas sin freno por este neoliberalismo avanzado”. Al frente, señala el autor, “el nuevo pueblo ha situado a la casta de este gran abuso, una oligarquía neoliberal, entendida como poder de pocos. La confrontación planteada por las movilizaciones sociales más grandes que recuerde la historia contemporánea de Chile ha abierto la posibilidad de sepultar al neoliberalismo en la misma tierra que lo vio nacer”.