La pelota en la cancha republicana
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Los elementos coyunturales no anulan las cuestiones de fondo que requieren de ajustes institucionales profundos.

A dĆ­as de culminar la primera etapa del proceso constitucional con el anteproyecto de la ComisiĆ³n experta, desde el Partido Republicano, tienda que tendrĆ” el protagonismo del Consejo Constitucional, se asevera que cambiaron las condiciones polĆ­ticas y que, por lo tanto, hay que buscar ā€œotros consensosā€. Estas declaraciones contradicen los amagues de Ā«moderaciĆ³nĀ» expresados por algunos de sus voceros durante estas semanas e importan porque la orientaciĆ³n del proceso constitucional estarĆ” en sus manos.Ā Ā 

ĀæQuĆ© condiciones cambiaron segĆŗn Republicanos? Ciertamente el contundente triunfo que obtuvieron puede ser leĆ­do por ellos mismos como un respaldo a su programa conservador, contrario a los cambios y a la propia idea de una nueva ConstituciĆ³n. Es una lectura cĆ³moda para quienes han resultado vencedores en la contienda electoral. Sin embargo, una mirada mĆ”s larga a la crisis social y polĆ­tica chilena, que se haga cargo de las demandas que hace dĆ©cadas viene levantando la sociedad, permite plantear que su propio ascenso se debe, en una medida no despreciable, a elementos coyunturales que esta tienda ha capitalizado de manera exitosa, como la crisis de seguridad y la crisis migratoria, o el enojo de la ciudadanĆ­a con la polĆ­tica y con el gobierno, pero no a un respaldo ideolĆ³gico firme a su programa. Y, por lo mismo, es preciso reconocer que esas condiciones coyunturales no borran las causas de fondo que hicieron que Chile estallara en 2019.Ā 

La realidad no cambia, o al menos no completamente, de elecciĆ³n en elecciĆ³n. Cambia el Ć”nimo social, las preferencias, pueden ganar unos y perder otros, pero la crisis acumulada por dĆ©cadas no baila al ritmo de las contiendas electorales, y si sus causas no se enfrentan, lo lĆ³gico es que se mantenga y se ahonde. Por lo mismo, los elementos coyunturales no anulan las cuestiones de fondo que requieren de ajustes institucionales profundos: agotamiento del modelo de desarrollo, malestar con las desigualdades sociales, crisis del sistema previsional y de salud, una arquitectura de seguridad efectiva, por poner algunos ejemplos. Cuestiones ante las que no sirve agitar los problemas de seguridad o migratorios o intentar mantener el corazĆ³n de la constituciĆ³n vigente y perpetuar sistemas que estamos viendo fracasar frente a nuestros ojos y que son contrarios a la definiciĆ³n de un Estado social.Ā Ā Ā 

Un ejemplo reciente. Estos dĆ­as se ha escuchado fuerte la voz de Republicanos alegando la exclusiĆ³n en el anteproyecto de cuestiones como la libre elecciĆ³n en materia de salud o el insuficiente contenido en relaciĆ³n a cuestiones de seguridad. AdemĆ”s de crear dicotomĆ­as falsas como si la seguridad social y la seguridad pĆŗblica compitieran, lo que se esquiva es resolver de manera contundente las deudas en materia social que arrastra el paĆ­s. Una ConstituciĆ³n que sirva debe dotarnos de una arquitectura de seguridad, no de un poder de seguridad que rememore el cuarto pilar de la dictadura, y a la vez debe posibilitar que todas las personas tengan asegurada salud digna y para ello brindar al Estado las herramientas necesarias para hacerlo.

La defensa que republicanos hace de la libre elecciĆ³n en salud esconde una defensa del actual sistema, ese que tras aƱos de judicializaciĆ³n, de exclusiĆ³n selectiva de la poblaciĆ³n de edad avanzada o con preexistencias y de castigos tarifarios a mujeres en edad fĆ©rtil, se encuentran en una crisis terminal. Un Estado Social, que no impide la existencia de prestadores privados en salud, es precisamente uno en el que estas situaciones no son admisibles, porque una cosa es que existan prestadores privados y la otra es que se constitucionalicen sistemas de abuso. ĀæEstĆ” Republicanos disponible para un verdadero cambio de paradigma en esta materia o seguirĆ” atrincherado en la defensa de principios contrarios a un Estado social?Ā 

Es difĆ­cil prever quĆ© actitud tomarĆ” el partido de JosĆ© Antonio Kast en el Consejo Constitucional. Sus Ćŗltimas actuaciones en el Congreso, como votar en contra de las 40 horas o del aumento del salario mĆ­nimo, no son buenas seƱales.Ā  Lo que sĆ­ sabemos es que construir una identidad polĆ­tica en base a la impugnaciĆ³n y apelar al malestar de amplias capas sociales con la polĆ­tica es muy distinto a liderar un proceso de elaboraciĆ³n de una propuesta constitucional que sirva para que Chile supere la crisis en la que se encuentra inmerso hace aƱos. La pelota estĆ” esta vez en la cancha republicana.Ā 

Columna de Camila Miranda

Publicada el 23 de Mayo en CrĆ³nica Constitucional del Mercurio

https://www.emol.com/noticias/Nacional/2023/05/27/1096294/cronica-constitucional-opinion-columna.htmlĀ 

 


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