Víctor Orellana, director de Nodo XXI: No se puede descartar un “Cencosud académico” en el rescate de a los negocios privados en educación.
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El sociólogo e investigador en educación, Víctor Orellana, entrevistado en el programa “Ciudadano Adn” que conduce Sandra Zeballos y Aldo Schiappacasse de Radio ADN, realiza una revisión del panorama general de la educación en tiempos de pandemia. Apunta a los aciertos del gobierno, pero en gran parte a sus errores. Genera una lista de medidas a aplicar para ir en ayuda de las familias más vulnerables y alerta sobre un eventual “Cencosud” académico, como ha denominado al rescate que pudiera realizar el Estado a los privados que lucran con la educación. Lo que sí defiende es la protección de la vida, que desde su área tiene mucho donde aportar.

“Tenemos una educación que durante mucho tiempo, más que ser un espacio de certezas y de libertad para la gente, se transformó en una fuente de agobios, en una fuente de incertidumbre, entonces ahora cuando viene una tremenda incertidumbre de carácter de la vida, luego económica; la educación lamentablemente en lugar de ponerse al servicio de la vida, es decir de proveer certeza, más bien está siendo una fuente anexa de incertidumbre y esto es complicado porque yo diría que no es solo responsabilidad de las actuales autoridades, creo que es un problema de fondo”, señala el sociólogo.

Agrega renglón seguido que “El ministro (Raúl) Figueroa ha sido firme en mantener la suspensión de clases, todos los expertos en salud lo han dicho, volver a clases significa multiplicar los contagios de manera inmediata. Si bien hay cosas que se han hecho bien, hay preocupación a nivel escolar como superior, y ya la educación empieza a generar más agobio, más dificultades para la población”.

Orellana plantea que existen “medidas de sentido común, las han aplicado otros países, y acá el propio gobierno citó una mesa asesora de la educación que fue dirigida por investigadores de la Universidad de Chile, Católica y varias universidades, varios colegas participaron de esa mesa y fíjate que transversalmente se le hicieron muchas sugerencias al gobierno entre otras no hacer el Simce, que es una prueba que estresa mucho, es una prueba que venía muy criticada y que también es muy importante para ponerle precio a la educación, para ser sinceros. Y el gobierno hizo caso omiso de esas recomendaciones. Me parece que el ministro Mañalic le agrega bencina a una situación crítica”.

Junto con sostener su negativa para aplicar la prueba estandarizada Simce, el director de Nodo XXI además apunta a sospechas. “Lamentablemente, esto no lo digo con ningún agrado, me da la impresión que hay una agenda oscura en el gobierno que está tratando de hacer un uso político de la pandemia en dos sentidos. Primero un uso económico, es decir acá las ayudas pensadas para las pequeñas y medianas empresas para los trabajadores que tienen más dificultades en esta situación, están siendo capturados por la gran empresa y por los bancos, y me da la impresión que en la educación se viene lo mismo. Yo estoy alertando acá de una especie de Cencosud académico que no se puede descartar. Que la gente que está detrás de las grandes universidades, CFT e institutos profesionales privados son sostenedores que buscan el lucro, esto no es novedad para nadie”.

A raíz del debate en cuanto a los aprendizajes, Víctor Orellana da cuenta de una “falsa discusión” así explica que “como estamos acostumbrados a que la educación sea principalmente agobio, la primera reacción de las familias, de las comunidades o de los investigadores en educación es decir: bueno detengamos el agobio y esto da la idea de lo que tiene que hacer la educación es pausarse. Por otro lado sale el gobierno, diciendo acá no podemos pausarnos, ni quedarnos de brazos cruzados acá tenemos que continuar; y esa idea de continuar se aplica con seguir haciendo clases. Yo diría que ambos polos son incorrectos. Estoy de acuerdo que la educación no debe ser agobio, pero ese es el puntapié inicial, la educación tiene que activarse, el tema es para qué la activas”.

Ejemplifica, en el tema de los aprendizajes, “para que una niña o un niño aprenda fracciones necesita condiciones socioculturales, necesita estar tranquilo, necesita tener voluntad para aprender. Entonces la educación debiese recordar que ella no es solo el profesor enseñándole fracciones; es un sistema que tiene que construir condiciones socioculturales y para eso tiene que proveer certezas. La educación podría hacer mucho para proteger a las familias, para que no se produzcan situaciones de abuso intrafamiliar por ejemplo, resolver una necesidad de socialización de participación, incluso de juego que tiene los niños y niñas y hacerlo con sus recursos, combinar algunas cosas de la educación superior, combinar acciones, otros países lo están aplicando, están enviando a estudiantes de la educación superior a colaborar con la educación escolar. Y una vez que tienes ciertas condiciones te puedes preocupar que aprendan fracciones o lo medular para manejar una cultura general, habilidades y conocimiento necesarios para intervenir en la sociedad actual. Yo creo que ahí falta recordar que la educación tiene que proveer certezas y que tiene que apoyar socioemocionalmente a la gente. Uno no va a la escuela solo a aprender contenidos. Esa noción tiene que instalarse y habría que hacer una priorización, ir a los núcleos del saber que son más relevantes y que permiten construir una cultura general; pero si insistes en las fracciones, pasando contenidos on line, cuando una persona tiene mala conexión de internet, no somos Suiza”.

 

Educación mercantil

Yo creo que acá es difícil decir se suspenden los problemas de fondo de la educación preocupémonos de la pandemia, porque cuando haces ese giro vas a preocuparte de la pandemia ¿y con qué te encuentras? Con los problemas de fondo de la educación, da cuenta Orellana. “Nosotros tenemos nuestro experimento mercantil que salió mal de todas las maneras que podía salir mal y ya no da para más. Acá se están metiendo a gratuidad instituciones de educación superior que ni siquiera le entregaban la lista de matrículas al estado porque eran instituciones privadas y eso generaba un problema administrativo para poder entregar los pases escolares. Ese tipo de instituciones que eran privadas absolutas, que no querían nada del estado hoy día van a golpearle la puerta al estado para vivir de la gratuidad. Por qué pasa esto… porque la educación superior dejó de expandirse ahora el negocio está más complicado”. El sociólogo se pregunta ¿y qué pasa con los grandes empresarios cuando en Chile se le complican los negocios? Responde: “golpean la puerta del Estado. Acá la gente que depende del Estado son los empresarios. Y tengo varias dudas que ocupen la plata del Estado de manera fidedigna, hay que seguir investigando”.

Añade en el mismo contexto, “Ya no se puede aplazar más es la reconstrucción de la educación y la salud pública, no estoy diciendo nada alienígena. Tienes que tener un país con educación y salud pública de lo contrario no puedes enfrentar fenómenos como este, lo ha dicho todo el mundo, lo ha dicho Angela Merkel que no es de izquierda: Si no tienes derechos sociales ni espacios públicos, la incertidumbre te come y al final la salud y la educación terminan agravando el problema; entonces ese es un debate insoslayable para el proceso constituyente que no debe desahuciarse. Yo soy de los convencidos de estos intentos de la pandemia para terminar con el plebiscito es una locura, están jugando con fuego”.

Víctor Orellana enlista medidas de urgencia aplicables en momentos de pandemia para aliviar a las familias. Así enumera medidas urgentes como “suspender los pagos de la deuda educativa, la genta que paga entre 50 mil o 100 mil pesos, y esta agobiada, esa plata va a parar a un banco que la ocupa para especular, y mucha de esa plata ya se gastó, el Estado compró la mitad de la deuda de la educación superior, entonces si suspendes los pagos sea Fondo Solidario, sea CAE, inmediatamente más de un millón de personas va a tener mayores ingresos. Y esa puede ser una medida de reactivación de la economía”.

Suma el ser capaces de otorgar certeza a la propia educación. “hoy día estamos bailando sobre resquicios legales para poder seguir pasándole plata a la escuelas porque como se entrega plata por asistencia y no hay asistencia, se recurre a un resquicio y la ley pone un límite, bueno hagamos una modificación”.

Asimismo incluye al magisterio, “que los profesores sepan que este año y el otro van a tener trabajo”.

Y respecto de la educación superior “que se haga un fondo de emergencia para que las Universidades dependan menos de los aranceles, es decir dependan menos de la venta, y puedan tener recursos para costear salarios, para mantener su función social”, propone el investigador.

En el caso escolar suspender el Simce, y la evaluación docente “que no tienen ningún sentido en este escenario”, sentencia Orellana.

 

Entrevista a Víctor Orellana, programa «Ciudadano Adn» en Radio Adn.


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