Estamos acĆ” representantes de las 31 iniciativas populares de norma que conseguimos superarĀ los 10.000 apoyos que permiten su discusiĆ³n en el Consejo. El resultado de la votaciĆ³n de estas normas, es reflejo de que la ciudadanĆa no ha visto solucionados ninguno de los...
OpiniĆ³n
Nuestras opiniones
ArtĆculos o publicaciones en esta categorĆa
De los derechos sociales a la repĆŗblica de la dignidad
En Chile, bajo un Estado subsidiario, lo sabemos de sobra: nadie tiene un derecho asegurado sino que debe ser objeto de atenciĆ³n estatal focalizada. Debe āmerecerā su derecho, si cabe el tĆ©rmino, sea por ser lo suficientemente pobre o lo suficientemente meritorio. Una vez āmerecidoā el derecho, se obtiene un bono para asistir a alguno de estos servicios.
Los Cuidados: principio y derecho en una nueva ConstituciĆ³n
El derecho a los cuidados serĆ” central para el reconocimiento y garantĆa de los derechos de niƱos, niƱas y niƱes, de adolescentes y de las personas mayores y dependientes.
Octubre ĀæPaz o violencia?
Asociar paz con inmovilismo social es propio del ciclo transicional, de una prĆ”ctica polĆtica que solo fue posible dejando fuera de las decisiones a la mayorĆa de la sociedad y que se incomoda cada vez que la sociedad es activa y expresiva, que cuestiona los pactos de impunidad y se organiza solidariamente en ausencia del Estado.
Columna de Carlos Ruiz: āEdwards: la banalidad de la ābanalidadāā
El problema que tenemos es mucho mĆ”s grande y reclama el concurso amplio y variado de manos y mentes. La sociedad ha cambiado, es un paisaje nuevo de clases y grupos sociales, que no se reduce al manido ideologismo de unas nuevas clases medias y, es tambiĆ©n una geografĆa cultural nueva. SebastiĆ”n Edwards no lo entiende, absorto en retratos de cosmopolitismo
Limitaciones polĆticas, luchas sociales y alcances del proceso constituyente
Se debe asumir de manera sustantiva los desafĆos del proceso constituyente. Ćste no se limita al reemplazo de una ley constitucional por otra, sino que requiere la configuraciĆ³n de una nueva ConstituciĆ³n en sentido material. De un nuevo orden polĆtico concreto, que deje atrĆ”s los ā30 aƱosā de continuidad con el proyecto dictatorial contra los que se alzĆ³ la sociedad.
El plebiscito es otra obra
Toda la fuerza social que se ha movilizado (en la revuelta de octubre, por el 10%, por la violencia de gĆ©nero, por el Wallmapu) claramente encarna una democracia activa que entra en tensiĆ³n con la de la ensoƱaciĆ³n. Por tanto, estamos en la escritura de una obra totalmente diferente. Hay que abrir el telĆ³n, hay nuevas actuaciones…
Lagos, el CAE y los mitos. Lecciones para el futuro
Al final, Lagos construyĆ³ mucho Estado, pero no fue un gran estadista. Su generaciĆ³n no estaba llena de expertos. Nunca controlĆ³ la situaciĆ³n, al revĆ©s, fue controlada por el rentismo empresarial que, desatado y agotado a la vez, sĆ³lo podĆa crecer con el gesto del vampiro: robar mĆ”s valor ajeno en lugar de crearlo. Tampoco pudo mejorar nuestra salud. Ni mejorar el transporte. Y la educaciĆ³n, para quĆ© seguir. En suma, se alimentĆ³ a un empresariado agotado, sin idea de cĆ³mo saltar al desarrollo.
Una nueva ConstituciĆ³n es mĆ”s que desarmar cerrojos
La nueva ConstituciĆ³n sĆ³lo podrĆ” abrir paso a la superaciĆ³n del āorden pĆŗblico neoliberalā si afirma explĆcitamente la inauguraciĆ³n de una nueva etapa en la vida social y econĆ³mica del paĆs, donde sea la polĆtica democrĆ”tica la esfera legĆtima de resoluciĆ³n de las diferencias de intereses, y de formulaciĆ³n de orientaciones sobre el desarrollo econĆ³mico.
El proceso constituyente ya empezĆ³
De la mano de una ciudadanĆa activa, de un pueblo que actĆŗa soberanamente y de todas las organizaciones sociales que han abierto horizontes de cambio tenemos que defender el giro democrĆ”tico que ya arrinconĆ³ a las formas transicionales y consolidarlo en la constituyente como expresiĆ³n de la dignidad de este pueblo.
La dignidad es inconstitucional
Si la dignidad (vida digna) se circunscribe a la pandemia (al ahora), veremos que es una urgencia material frente a la cual la ConstituciĆ³n opera como la caja fuerte, como argumento a travĆ©s del cual niegan su posibilidad.